Una autopsia es el examen médico detallado de un cadáver. Emplea la disección, con el fin de obtener información anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad permitiendo formular un diagnóstico médico definitivo.

 Puede hacerse para averiguar acerca de una enfermedad o una lesión. O puede hacerse para determinar cómo o por qué ha muerto una persona.

     Existen dos tipos de autopsias:

• Autopsia Forense: es realizada por razones médico-legales. La realizan los médicos especializados en Medicina Legal y Forense y es solicitada por la justicia ante cualquier muerte sospechosa de criminalidad y no puede ser rechazada por los familiares.
• Autopsia Clínica: es el procedimiento que estudia las alteraciones morfológicas de los órganos y tejidos como consecuencia de la enfermedad. Es generalmente realizada para determinar no solo la causa de la muerte, sino todos los procesos patológicos que afectaban al individuo. Tiene propósitos de estudio e investigación. Es llevada a cabo por médicos especializados en Anatomía Patológica. Es solicitada por los facultativos que atendieron al paciente, previo consentimiento de los familiares.

La autopsia se realiza lo más pronto posible después de la muerte, en una atmósfera de dignidad y respeto. Generalmente dura entre 2 y 4 horas, completado el procedimiento, el hospital notifica a la casa funeraria y se entrega el cuerpo. Se compone de cuatro fases fundamentales. Primero, se recopila información sobre la historia clínica, los síntomas previos a la muerte y otros detalles relevantes que se relacionen con el óbito. Luego, el médico patólogo realiza un examen externo minucioso, describiendo las características físicas del cadáver que incluye características de piel y faneras, descripción de cicatrices, lesiones y piezas dentarias, entre otras. En ocasiones se toman fotografías o radiografías. Se prosigue con la disección, descripción, medidas y peso de los órganos internos (corazón, pulmones, hígado, riñones), buscando cualquier anormalidad o enfermedad que pueda haber contribuido a la muerte. Se toman muestras, las cuales son procesadas, cortadas, coloreadas y examinadas en un microscopio. Por último, se confecciona un informe escrito que describe los hallazgos macroscópicos y microscópicos con la causa y tipo de muerte. Este se anexa a la historia clínica, y puede ser entregado a la familia o al médico tratante, según lo acordado previamente. Es importante aclarar, que el informe no es inmediato. Puede haber uno preliminar disponible en 4-5 días, obteniéndose el definitivo en un plazo aproximado de 30 días.